Me despierto vacío e indolente
bajo el árbol que abrigó suspiros,
y descubro que bajo su sombra
se refugian tu magia y mi hechizo.
Y mis ojos colmados de noche
se despejan para ver camino.
Por él anda el verso, la canción, la luna,
se acunan dos almas, y a lo lejos…se oyen trinos.
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