..Y provocas tempestades en mis mares
con la furia enardecida del Dios viento.
Me pregunto, si es que el agua que se agita
volvería a serenarse sin tu aliento.
Tornará otra vez la calma a ser la dueña
de mis tardes en la playa de otros sueños
y abatido por fracciones de nostalgia
me derrame, en esa orilla, hecha silencio.
Voy descalzo por la arena de tu playa,
de tu mar, cual marinero, yo pretendo,
ir bogando y bajo el manto de la luna
aferrarme en el abrazo de tu anhelo.
Y así, una y otra vez, esta locura
me enmarañe en remolinos del deseo
para verme convertido en piel de noche
que custodie los secretos de tu cuerpo.
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