Relatos, poemas, cartas...

"La nostalgia es un sentimiento que madura en el odre de la vida".

sábado, 2 de julio de 2011

A VECES ME PREGUNTO

A veces me pregunto cuantas veces me he enamorado, y sin descifrar a saber cuantas han sido, si puedo aseverar que en algunas de las veces que me ha sucedido, he sufrido. Y eso me acaece con cierta  frecuencia, me refiero a sufrir, porque en esta vida en la cual somos habitantes de alquiler, la sombra de la desdicha otea sobre nuestra felicidad cual buitre en busca de  carroña.
 Sería distinto si sólo me prendase de un sabor, del mar, de una colina, del tacto de una piel, de una puesta de sol, del silencio… pero no, no es solamente quedarse enamorado de cosas materiales  desconcertantes en un momento sosegado, en ocasiones me quedo embelesado también de personas, y sueño que comparto instantes memorables, y construyo fantasías apasionantes, por eso sin ningún apelativo, enamorarse de algo o de alguien produce una sucesión de efectos incomparables. Hay quien dice que se le encoge el estomago y pierde el apetito, otros que no concilian el sueño y pasan horas y horas en desvelo. De uno u otro modo es innegable que el proceder rutinario se altera, y acontecen sensaciones dispares rayando incluso a la lokura, no una locura corriente, sino una lokura con “k”.
  Luego, si por algún motivo de quien estás enamorado no te corresponde  llega la tristeza y la apatía.  Me he planteado no volver a enamorarme, de este modo no padeceré, y todo será más sencillo. Esta mañana de verano, he colgado sobre el andén de  mi corazón un cartel en el que dice:”prohibido enamorase” de no hacer caso a este anuncio será sancionado con seis meses  de congoja, donde  quedarán unas secuelas irreparables. Iré despacio recogiendo elementos disuasorios para evitar que nadie me turbe, ni en las mañanas soleadas, ni en las tardes grises, ni en las noches de luna llena. Hoy solamente el ángel que custodia mi vereda, sabe de mi dicha y de la singularidad de mi verso, miro al norte de unos ojos siempre atentos, aviento esperanzas, cosecho caricias, acarreo ilusiones y busco deseos por si en algún momento de la vida preciso emplearlos. Y es tras escribir estas letras donde recuerdo con cariño pasajes, momentos, vivencias, retales, pedazos, experiencias y periplos de ese maravilloso y mágico estado.











1 comentario:

  1. Cuanta razón tienes en tu escrito, ojala fuese tan fácil como lo expresas lo de colgar el cartel o que tan solo fuesen 6 meses de congoja lo que se pagase.

    Un saludo.

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