Abreva en el aljibe de la noche
y bébete la soledad de mi silencio.
Mi noche es turbia, oscura y mutilada
amparada al abrigo de tu asedio.
Hoy vago en el desierto de las sombras
voy buscando el oasis de los sueños,
si lo encuentro, arrojaré mi pena,
expulsaré el dolor, la furia y el lamento.
Y quisiera que la luna me indicase
el pozo donde pacen los recuerdos.
Aquellos que forjaron nuestra vida
aquellos que volaron en invierno.
Mas quiero volver a ser un hombre nuevo
virando en el poniente de aquel tiempo,
y escalar la montaña del amor
para llenar mis alforjas con tus besos.
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