Relatos, poemas, cartas...

"La nostalgia es un sentimiento que madura en el odre de la vida".

viernes, 24 de septiembre de 2010

MÁS QUE UNA MASCOTA



     Anda por la repisa de la ventana de mi habitación, me mira a través del cristal. He cerrado la ventana porqué le tengo castigado, me ha hecho una faena, ha roto la foto de mi chica que tenía sobre la mesa. Me pregunto: ¿serán celos?
     Beatriz me hizo un comentario el sábado que pasó en casa: “Tu gato, me tiene gato”, curiosa redundancia.
     Golpea con la almohadilla de su pata en el cristal, intenta llamar mi atención, yo le miro de soslayo, me hago el sueco, el insiste y recorre una y otra vez el poyo; su mirada es triste, sabe que algo no ha hecho bien y reconoce su culpa. La alianza se ha roto.
     Ha puesto su vista en el edificio de al lado, son tres metros hasta la terraza del vecino, esta calculando el salto, se concentra me mira de nuevo, no obtiene la respuesta apetecida y está dispuesto a asumir el riesgo, ante esta tesitura creo que se  arriesgará.
     Yo le miro sin que él se de cuenta. Estoy nervioso, son doce pisos y un mal cálculo puede acabar con su vida, no me lo podría perdonar si algo le sucediese.
     En el momento justo que se dispone a brincar abro la ventana y le llamo, se gira sobre su cuerpo y se abalanza sobre mí. Me lame, me ronronea, me pasa sus bigotes por la cara, juega sin cesar y, alegre, eleva su suave cola en señal de gozo.  Por cada uno de mis poros rezumo alegría, le quiero tanto…
     Hemos vivido momentos sublimes, aún recuerdo nuestro primer encuentro. Era mediodía, el cielo, gris y nubloso. Veintiocho de Diciembre, los Santos Inocentes  y allí entre unos cartones estaba él, moribundo, con frío y hambriento. Una expresión de condena se reflejaba en sus ojos como si se despidiese de la vida. Le recogí, le alimenté, le mimé y me prendé de él. Me ha devuelto con creces todo cuanto hice.
     Si me ve triste se coloca frente a mí,  pretende alejar mi angustia hasta conseguir que salga de mi abstracción y  olvide mis penas.
     He predicado por doquier que fuimos afortunados al cruzar nuestros caminos. Desde pequeño le cuelgo una patata donde afilar sus garras, me divierte contemplarlo, radiante, contento, juguetón, activo…
     Valga este homenaje a  mi querido y amado gato. No es una mascota, es mi incansable amigo” Duque”.

2 comentarios:

  1. Felicidades a ambos... tanto a Duque como al dueño, por esa entrega sincera de cariño mutuo. Las mascotas son mucho más que eso... demuestran que son amigos incondicionales mucho más que los humanos.

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  2. Bueno lo que si es cierto es que en las mascotas no hay maldad, expresan sus sentimientos tal y surgen. Los humanos somos un poco más...

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